El centro de detención migratoria conocido como Alligator Alcatraz, en los Everglades de Florida, quedará vacío en los próximos días y su futuro es incierto. Así lo reveló un correo del director de la División de Gestión de Emergencias de Florida, Kevin Guthrie, obtenido por medios nacionales.
El mensaje fue enviado al rabino Mario Rojzman, quien había solicitado visitar a los detenidos, e indicaba que el centro “probablemente se quedaría sin personas en pocos días”. La comunicación se conoció después de que la jueza federal Kathleen Williams ordenara suspender el ingreso de nuevos migrantes y fijara un plazo de dos meses para desmantelar el lugar.
La jueza respondió parcialmente a una demanda presentada por organizaciones ambientales y la tribu Miccosukee, que denunciaron daños al ecosistema de los Everglades, hogar de especies en peligro como la pantera de Florida y la cigüeña americana. La orden judicial también prohíbe instalar nuevas infraestructuras o realizar excavaciones en la zona.
El gobernador Ron DeSantis ha defendido el uso del centro, inaugurado el 3 de julio en un antiguo aeropuerto abandonado, y aseguró que las deportaciones continuarán desde allí. Sin embargo, el estado ha evitado dar cifras oficiales sobre la población detenida.
El congresista demócrata Maxwell Frost señaló tras una visita que encontró apenas 336 personas en las instalaciones, muy por debajo de las 2.000 camas anunciadas y menos de la mitad de las cifras que había observado el mes anterior.
El centro, rodeado de humedales con caimanes y cocodrilos, ha generado un fuerte debate político y ambiental. Mientras las autoridades estatales apelan la decisión judicial, el llamado Alligator Alcatraz se vacía día a día y su clausura definitiva parece cada vez más cercana.
EE/DP