Estados Unidos ha incrementado de forma acelerada la cantidad de centros de detención migratoria durante el último año, alcanzando un promedio sin precedentes de 65.000 inmigrantes recluidos a diario. De acuerdo con un estudio del Centro Nacional de Justicia para los Inmigrantes, el sistema sumó 18 instalaciones nuevas a las 26 ya existentes en 2024, lo que representa un aumento del 69 por ciento en plena intensificación de las redadas ordenadas por la administración Trump.
El informe detalla que tanto el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas como la Patrulla Fronteriza han ampliado sus operaciones en todo el país, incluyendo recientes intervenciones en Chicago. Según el estudio, los agentes han incurrido en violaciones del debido proceso y de los derechos humanos, especialmente al mantener a los detenidos incomunicados y trasladarlos rápidamente a cárceles de condado, prisiones federales y estatales, o centros de gestión privada. Para el NIJC, la expansión de los centros de detención migratoria ha generado un sistema opaco que dificulta la supervisión pública y la defensa legal.
El documento señala que muchos condados han firmado nuevos contratos con ICE o aumentado su capacidad para albergar a detenidos, con el objetivo de sostener la meta de deportar a un millón de personas antes de que termine el año. La administración Trump busca duplicar el número de camas disponibles hasta 107.000, mientras ICE mantiene actualmente a más de 65.000 personas recluidas, la cifra más alta jamás registrada.
Entre las nuevas instalaciones figuran cárceles arrendadas en varios estados y prisiones de máxima seguridad como la de Marion, en Indianápolis, y la Penitenciaría Federal de Leavenworth, en Kansas. Aunque Illinois prohíbe a ICE retener personas en cárceles estatales o de condados, las autoridades federales han utilizado cada vez más el centro de procesamiento de Broadview, cerca de Chicago, para mantener detenidos durante semanas antes de su deportación o traslado.
El Departamento de Seguridad Nacional informó a los abogados del NIJC que las instalaciones en el área de Chicago llegaron a albergar a tres mil personas en un momento dado, y que ICE evalúa expandirse hacia una prisión privada clausurada en Kansas. Para organizaciones defensoras de derechos humanos, el crecimiento acelerado del sistema de detención plantea riesgos graves para la transparencia institucional y el acceso a representación legal.












