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Juliane Koepcke: caída libre de 10 000 pies, 11 días de supervivencia y un final milagroso

La noche del 24 de diciembre de 1971, Juliane Koepcke, una adolescente de 17 años, abordó el vuelo LANSA 508 desde Lima rumbo a Pucallpa. Viajaba junto a su madre para pasar la Navidad con su padre. Pero en plena ruta, el avión fue alcanzado por un rayo en medio de una tormenta y se …

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Juliane descansando en un hospital de Perú con su padre a su lado. Imagen vía Juliane Koepcke en Instagram.
“Ruta del vuelo LANSA 508.” Imagen de Furfur — Wikimedia Commons, bajo licencia CC BY-SA 3.0.

La noche del 24 de diciembre de 1971, Juliane Koepcke, una adolescente de 17 años, abordó el vuelo LANSA 508 desde Lima rumbo a Pucallpa. Viajaba junto a su madre para pasar la Navidad con su padre. Pero en plena ruta, el avión fue alcanzado por un rayo en medio de una tormenta y se desintegró a más de 10 000 pies de altura.

Juliane fue expulsada de la aeronave aún sujeta a su asiento. Contra todo pronóstico, sobrevivió a la caída libre atravesando la densa selva amazónica. Con una clavícula rota, una herida profunda en la pierna y graves magulladuras, despertó sola en medio de la jungla, sin saber si alguien más había sobrevivido. Su madre, como descubriría después, no lo logró.

Durante once días, Juliane caminó entre vegetación hostil, barro, serpientes y zancudos. Solo llevaba un vestido liviano y algunos caramelos que había recuperado del fuselaje. Sin lentes (era miope), tuvo que guiarse por el sonido del agua, recordando una lección de su padre: “Sigue un arroyo y encontrarás ayuda”.

Su instinto la salvó. Siguió el cauce de un riachuelo, dormía a la intemperie y se hidrataba como podía. En una ocasión, halló una canoa abandonada y un bidón de gasolina, que usó para limpiar las larvas de una herida infectada. Fue un acto desesperado, pero eficaz. Finalmente, un grupo de leñadores la encontró. Apenas podía hablar y pesaba solo 45 kilos.

Fue llevada a un hospital donde se reencontró con su padre. Juliane fue la única sobreviviente de las 91 personas a bordo del avión.

Años después, estudió zoología como sus padres y dedicó su vida al estudio de la fauna silvestre. En 1998, volvió al lugar del accidente para participar en un documental, enfrentando los fantasmas del pasado con valentía.

El Especialito

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