El Pentágono ordenó este miércoles a la Guardia Nacional de Estados Unidos crear fuerzas antidisturbios permanentes en cada estado antes de enero de 2026, con el objetivo de intervenir en manifestaciones y disturbios civiles dentro del país.
Según un comunicado del Departamento de Defensa, las nuevas unidades de “reacción rápida” estarán especialmente entrenadas y equipadas para responder ante conmociones civiles y mantener el control de multitudes bajo “entrenamiento no letal”.
Unidades en todos los estados
La orden dispone que cada organización de la Guardia Nacional, tanto estatal como territorial, asigne unos 500 soldados para integrarse a estas nuevas unidades. Los efectivos recibirán entrenamiento táctico en contención de protestas, uso de equipo antidisturbios y cooperación con fuerzas federales.
El Pentágono indicó que las fuerzas deberán estar completamente operativas antes de enero, fecha límite establecida por la instrucción presidencial emitida en agosto.
Orden directa de Trump
La medida se enmarca en una directiva del presidente Donald Trump, quien pidió al secretario de Guerra, Pete Hegseth, crear cuerpos especializados para “mantener el orden interno” en zonas que el mandatario considera de “alta peligrosidad”.
Durante su actual mandato, Trump ha recurrido de forma reiterada a la Guardia Nacional para patrullar ciudades gobernadas por demócratas, alegando motivos de seguridad y la necesidad de “proteger” a agencias federales como el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE).
Actualmente, más de 2.000 agentes de la Guardia Nacional permanecen desplegados en Washington D.C., con un costo diario superior a 500 dólares por soldado, según datos oficiales del Pentágono.
Preocupación por el uso interno de las fuerzas
La orden ha generado inquietud entre expertos y organizaciones civiles, que advierten sobre el riesgo de militarizar la respuesta a protestas y diluir los límites entre las funciones militares y policiales dentro de Estados Unidos.
El Pentágono, sin embargo, defendió la iniciativa señalando que busca “preparación y capacidad de respuesta rápida” ante posibles situaciones de violencia masiva o desórdenes sociales en un contexto político y económico cada vez más tenso.