Ni la espectacular actuación de Thibaut Courtois bastó para evitar la derrota del Real Madrid ante el Liverpool en Anfield. El equipo de Xabi Alonso sufrió su segundo tropiezo importante del curso, en una noche marcada por el apagón ofensivo de Kylian Mbappé, la falta de control en el centro del campo y los recurrentes problemas defensivos en jugadas a balón parado.
Un dominio sin profundidad ni peligro
El conjunto blanco controló la posesión —59 % frente al 41 % del Liverpool—, pero ese dominio resultó estéril. El Madrid no logró traducir la tenencia del balón en ocasiones claras y apenas generó dos disparos a puerta en todo el partido.
Sin un mediocampista capaz de imponer ritmo ni crear peligro entre líneas, el equipo volvió a extrañar a viejos pilares como Toni Kroos o Luka Modric.
Por banda derecha, Fede Valverde tuvo poca proyección y Vinícius Júnior se vio neutralizado por la férrea marca de Bradley. La falta de sincronía ofensiva terminó por desconectar a Mbappé, que apenas participó y no encontró espacios para desplegar su velocidad.
Camavinga, fuera de posición
La apuesta de Alonso por ubicar a Eduardo Camavinga en el costado derecho del mediocampo volvió a dejar dudas. El francés se mostró incómodo y poco influyente, tal como ya había ocurrido en el clásico.
La ausencia de Dani Carvajal, lesionado, obligó al técnico a modificar su estructura, pero el experimento no funcionó: el Madrid perdió equilibrio y profundidad por ese sector, y Camavinga terminó sustituido tras un desempeño discreto.
Mbappé, sin el toque mágico
Por primera vez en la temporada, el Real Madrid se quedó sin marcar. El equipo evidenció su dependencia del momento goleador de Mbappé, autor de 18 de los 34 tantos blancos en 15 partidos.
En Anfield, el francés dispuso de una sola ocasión clara —un disparo desviado tras pase de Vinícius— y se mostró frustrado ante la falta de balones y precisión de sus compañeros.
Courtois, el muro sin premio
El belga Thibaut Courtois protagonizó una nueva exhibición bajo los tres palos con ocho paradas decisivas, cinco de ellas catalogadas como “valor gol”. Su actuación evitó una derrota más abultada y reavivó el debate sobre si es ya el mejor portero en la historia reciente del club.
Sin embargo, su brillante rendimiento también expuso las carencias defensivas del Madrid: desajustes en la presión alta, problemas en las transiciones y una fragilidad evidente en las jugadas de balón parado.
Un gol que destapó las carencias
El tanto de la victoria del Liverpool llegó precisamente tras una acción a balón parado, mal defendida por la zaga blanca. La imagen de Vinícius marcando a Virgil van Dijk simbolizó el desconcierto en la estrategia defensiva del cuerpo técnico.
Finalmente, Alexis Mac Allister, el más bajo de los contendientes, selló el 1-0 que condenó al equipo de Alonso y frenó su crecimiento tras el impulso que había logrado en el clásico.