Las principales aerolíneas estadounidenses expresaron preocupación y cautela ante la decisión del Departamento de Transporte de reducir en un 10 % la capacidad de vuelos en 40 aeropuertos del país a partir de este viernes. La medida responde a la escasez de personal en el control del tráfico aéreo provocada por el cierre parcial del Gobierno federal.
Aerolíneas en alerta por la reducción
Southwest Airlines fue una de las primeras en pronunciarse. La compañía señaló que está “evaluando cómo las restricciones afectarán su programación” y aseguró que comunicará cualquier cambio a los pasajeros “tan pronto como sea posible”. También urgió al Senado a resolver “de inmediato” el estancamiento político que mantiene paralizado el sistema nacional de aviación.
La asociación Airlines for America, que agrupa a las principales compañías del sector, informó que trabaja con las autoridades para comprender los detalles del mandato y “mitigar los impactos” tanto en los pasajeros como en el transporte de carga.
Las aerolíneas advierten que esta reducción de vuelos en Estados Unidos puede generar demoras, cancelaciones y congestión en las terminales aéreas, por lo que recomiendan a los viajeros verificar constantemente el estado de sus vuelos y prever tiempos adicionales.
Escasez crítica de controladores
El secretario de Transporte, Sean Duffy, explicó que el país enfrenta un déficit superior a 2.000 controladores aéreos, muchos de los cuales abandonaron sus puestos tras más de un mes sin recibir salario. “Estamos priorizando la seguridad, pero la presión sobre el sistema es enorme”, señaló el funcionario.
Aeropuertos de alto tráfico como Phoenix (Arizona) y Newark (Nueva Jersey), este último con cobertura para el área de Nueva York, ya presentan retrasos en vuelos internacionales. Los pasajeros reportan esperas de hasta tres horas, especialmente en horas pico.
Un cierre gubernamental sin precedentes
El cierre del Gobierno federal, iniciado el 1 de octubre, se ha convertido en el más largo en la historia de Estados Unidos, superando los 35 días del bloqueo ocurrido en 2018-2019 durante el primer mandato de Donald Trump. En aquel momento, la crisis del tráfico aéreo también fue determinante para poner fin al cierre.
Ahora, con una infraestructura aérea saturada y sin suficiente personal, el impacto en la movilidad nacional e internacional amenaza con profundizar la crisis económica y logística del país. La industria aérea, que transporta a millones de pasajeros cada semana, enfrenta un desafío inmediato para mantener la seguridad y la eficiencia en medio del caos político en Washington.