La cantante colombiana Shakira ofreció este martes el último de sus tres conciertos en Quito, donde miles de fanáticos cantaron y bailaron al ritmo de sus éxitos durante el fin de semana, en el marco de su gira internacional ‘Las Mujeres ya no lloran’.
La artista barranquillera marcó un hito en Ecuador, al convertirse en la primera en ofrecer tres funciones consecutivas en el Estadio Olímpico Atahualpa, con un aforo de 35.000 personas por noche.
El fenómeno comenzó en julio, cuando la primera fecha del 8 de noviembre se agotó en pocas horas, lo que llevó a los organizadores a abrir una segunda presentación para el 9 de noviembre, que también se vendió rápidamente. La tercera fecha, el 11 de noviembre, se anunció tras una demanda “sin precedentes”.
Quito bajo la “shakiramanía”
El entusiasmo por los conciertos fue tal que las calles cercanas al estadio fueron cerradas por completo durante los tres días de espectáculos, lo que causó una fuerte congestión vehicular. Incluso, un colegio cercano optó por clases virtuales para evitar el caos de tránsito.
La Policía Nacional desplegó 1.100 agentes para garantizar la seguridad y el orden, mientras miles de fans de diferentes provincias e incluso del extranjero llegaron a la capital ecuatoriana para ver a la estrella colombiana.
Una gira récord
Con más de dos millones de asistentes en todo el mundo, la gira ‘Las Mujeres ya no lloran’ se consolida como una de las más exitosas de Shakira. La cantante, recientemente nombrada por Billboard como la mejor artista femenina de pop latino de todos los tiempos, ofrece un espectáculo de alta tecnología que incluye más de 93 toneladas de equipo, una pantalla de 49 metros de ancho y 6,6 millones de píxeles.
En cada show, la intérprete de ‘Hips Don’t Lie’ y ‘TQG’ cambia varias veces de vestuario y comparte el escenario con diez bailarines. Además, mantiene una tradición especial: ingresar al recinto acompañada por cien fanáticos locales elegidos en cada país.
Siete años después de su última visita a Ecuador, Shakira volvió a conquistar al público con su energía inagotable y una puesta en escena que confirma por qué sigue siendo una de las artistas más influyentes del pop latino.











