Una jueza de Tennessee emitió este lunes una orden que impide, por ahora, el despliegue de la Guardia Nacional en Memphis. La decisión cuestiona directamente la autoridad del gobernador republicano Bill Lee, quien ordenó el envío de tropas bajo el argumento de reforzar la seguridad en la ciudad.
En su fallo, la jueza Patricia Head Moskal determinó que la Constitución estatal no otorga un poder ilimitado al gobernador para utilizar fuerzas militares con fines de control interno. La resolución señala que el caso abre un debate de fondo sobre el uso de tropas estatales en tareas policiales, un tema que ha cobrado relevancia tras los despliegues impulsados por la Administración de Donald Trump este otoño en ciudades de mayoría demócrata.
La suspensión no es inmediata. Entrará en vigor dentro de cinco días, tiempo durante el cual el estado puede apelar para intentar mantener vigente la orden original de Lee.
El alcalde de Memphis, Paul Young, aunque no fue parte de la demanda, insistió en que la ciudad debe tener voz propia en cualquier operativo que involucre a fuerzas militares. Según declaró a medios locales, la prioridad es mantener “influencia en cómo se relacionan con esta comunidad”.
Desde agosto, el presidente Trump ha impulsado el envío de personal federal a varias ciudades gobernadas por demócratas, bajo el argumento de combatir un supuesto incremento descontrolado del crimen. Parte de estas operaciones se han realizado con unidades de la Patrulla Fronteriza enfocadas en detener a inmigrantes indocumentados, una estrategia que ha generado críticas sobre el uso político de fuerzas de seguridad.
La orden de la jueza Moskal deja en pausa el despliegue en Memphis y abre un nuevo capítulo en la discusión sobre los límites legales del poder estatal frente al gobierno local.










