El ministro de Exteriores de Corea del Sur, Cho Hyun, partió este lunes hacia Washington con el objetivo de abordar la situación de los más de 300 trabajadores surcoreanos detenidos en la reciente redada migratoria realizada en una megaplanta de Hyundai en Georgia.
Antes de viajar, Cho aseguró ante el Parlamento de su país que existe “un acuerdo general” con Estados Unidos para que los surcoreanos que sean liberados no enfrenten castigos o restricciones en futuros ingresos a territorio estadounidense. “Las conversaciones avanzan bien y estamos en la fase de confirmación final”, señaló durante una sesión transmitida por el canal de YouTube de la Asamblea Nacional.
El jefe de la diplomacia surcoreana indicó que prevé reunirse con su homólogo estadounidense, Marco Rubio, para tratar tanto la liberación de los detenidos como la escasez de visados para empresas surcoreanas con operaciones en Estados Unidos.
La semana pasada, más de 300 trabajadores de nacionalidad surcoreana fueron arrestados en la construcción de la planta de baterías de Hyundai Motor Group y LG Energy Solution en Georgia, acusados de no contar con permisos laborales válidos o de usar documentos que no les autorizaban a desempeñar esas tareas.
La Cancillería de Corea del Sur había adelantado que buscaba un acuerdo para que todos los afectados pudieran regresar a su país bajo la figura de “salida voluntaria”, mecanismo que facilita un retorno más rápido. Sin embargo, algunos funcionarios advirtieron que el reingreso a Estados Unidos podría variar dependiendo del estatus migratorio de cada trabajador.
Este operativo federal forma parte de la ofensiva migratoria de la Administración de Donald Trump, que en las últimas semanas ha intensificado los controles en sectores industriales clave, afectando especialmente a comunidades hispanas y asiáticas.