La hipertensión arterial es uno de los principales factores de riesgo de enfermedad cardiovascular en el mundo. A pesar de los tratamientos disponibles, cerca del 10 al 15 % de los pacientes padecen hipertensión resistente, es decir, que no responde adecuadamente a los medicamentos convencionales. En este contexto, investigadores presentaron en el Congreso de la Sociedad Europea de Cardiología en Madrid (septiembre 2025) los resultados de un fármaco experimental que podría representar un avance histórico: baxdrostat.
¿Qué es baxdrostat?
Baxdrostat es un inhibidor selectivo de la enzima aldosterona sintasa. La aldosterona es una hormona que regula el equilibrio de sodio y agua en el organismo, y niveles elevados pueden aumentar la presión arterial. A diferencia de otros fármacos, baxdrostat bloquea de manera precisa esta enzima sin afectar otras funciones hormonales, lo que lo convierte en una terapia prometedora.
Los resultados del ensayo clínico
Según datos presentados en el congreso, pacientes con hipertensión resistente que recibieron baxdrostat experimentaron reducciones significativas en sus cifras de presión arterial en comparación con los que recibieron placebo. El beneficio se observó incluso en pacientes que ya utilizaban tres o más medicamentos antihipertensivos, lo que sugiere que el fármaco podría convertirse en una opción de última línea para casos difíciles.
Más allá del medicamento: innovación tecnológica
El congreso también destacó avances tecnológicos que complementan el tratamiento de enfermedades cardiovasculares. Entre ellos, un estetoscopio con inteligencia artificial capaz de detectar soplos cardíacos en menos de 15 segundos y algoritmos que ayudan a identificar rápidamente a pacientes con riesgo de accidente cerebrovascular para acelerar su tratamiento.
Impacto potencial
Expertos como el profesor Bryan Williams, presidente del comité científico del congreso, describieron a baxdrostat como “un cambio de juego” en la lucha contra la hipertensión. La posibilidad de reducir complicaciones derivadas de la presión arterial alta, como infartos y accidentes cerebrovasculares, abre una nueva esperanza para millones de personas.
Aun así, los especialistas subrayan que se necesita más investigación antes de aprobar su uso generalizado. La seguridad a largo plazo y los posibles efectos secundarios todavía están bajo estudio.
