Los scones de arándanos son un clásico de la repostería británica que ha conquistado mesas en todo el mundo. Su textura suave y ligeramente hojaldrada, combinada con el dulzor de los arándanos frescos, los convierte en el acompañante perfecto para el desayuno o la merienda junto a una taza de café o té. Además, son fáciles de preparar en casa con ingredientes simples.
Ingredientes
- 2 tazas de harina de trigo
- ⅓ taza de azúcar
- 2½ cucharaditas de polvo de hornear
- ½ cucharadita de sal
- ½ taza de mantequilla fría en cubos
- ½ taza de leche (puede ser entera o baja en grasa)
- 1 huevo grande
- 1 cucharadita de extracto de vainilla
- 1 taza de arándanos frescos (pueden usarse congelados sin descongelar)
- Azúcar adicional para espolvorear (opcional)
Preparación
- Precalienta el horno a 200°C (400°F) y coloca papel para hornear en una bandeja.
- En un bol grande mezcla la harina, el azúcar, el polvo de hornear y la sal.
- Añade la mantequilla fría y con un tenedor o con las manos deshazla hasta que la mezcla tenga una textura arenosa.
- En otro recipiente mezcla la leche, el huevo y la vainilla. Agrega esta mezcla a los ingredientes secos y combina suavemente.
- Incorpora los arándanos con cuidado para que no se rompan demasiado.
- Coloca la masa en una superficie enharinada, forma un círculo de unos 2 cm de grosor y córtalo en 8 triángulos.
- Ponlos en la bandeja, espolvorea con un poco de azúcar y hornea de 18 a 22 minutos, hasta que estén dorados en la superficie.
- Sirve tibios o a temperatura ambiente.
Consejos
- Si usas arándanos congelados, añádelos directamente a la masa para evitar que tiñan todo de azul.
- Puedes sustituir la leche por crema para un resultado más rico y esponjoso.
- Un glaseado ligero de azúcar glas con jugo de limón puede darles un toque extra.
Estos scones son suaves, aromáticos y con el toque ácido de los arándanos que los hace irresistibles.