El gobernador de Florida, Ron DeSantis, aseguró este martes que su administración abrirá un nuevo centro de detención migratoria en la región del Panhandle, al noroeste del estado, al que llamó de forma coloquial “Panhandle Pokey”. La propuesta surge apenas dos semanas después de que un tribunal federal ordenara desmantelar el polémico “Alligator Alcatraz” antes de octubre.
Durante una conferencia de prensa, DeSantis argumentó que en Florida existen al menos 70.000 personas con órdenes de deportación pendientes y que el estado requiere más espacio para procesarlas. “Estamos trabajando en cómo abrir el Panhandle Pokey. Será parte de nuestra misión de asegurar Florida”, afirmó el republicano.
Aunque todavía no se han revelado detalles sobre su ubicación exacta o capacidad, el proyecto se sumaría al “Deportation Depot”, otro centro anunciado en agosto para operar en una cárcel abandonada con entre 1.000 y 1.500 plazas.
El anuncio coincide con el futuro incierto de Alligator Alcatraz, instalado en julio en medio de los Everglades. Una jueza federal dictaminó que el centro debía cerrar por los daños ambientales que ocasiona en un área protegida y prohibió recibir a nuevos detenidos. Sin embargo, DeSantis confía en que la apelación de su gobierno revierta la decisión.
El mandatario defendió que su política busca reforzar la estrategia migratoria nacional del presidente Donald Trump, en cuya gestión se duplicó la cifra de detenidos bajo custodia de ICE en pocos meses. “La demanda existe y no podemos depender de un solo centro”, recalcó.
La creación del Panhandle Pokey es el último capítulo en la pugna de Florida por convertirse en símbolo de la línea dura contra la inmigración indocumentada.
EE/DP