La leptospirosis es una infección que está ganando atención en varios países debido al aumento de casos tras lluvias intensas, inundaciones y mayor presencia de roedores en zonas urbanas. Se trata de una enfermedad causada por bacterias del género Leptospira, que se encuentran en la orina de animales como ratas, perros, vacas, cerdos y otros mamíferos. Aunque muchas veces pasa desapercibida, puede convertirse en una infección grave si no se trata a tiempo.
Cómo se transmite la leptospirosis
La vía de contagio más común es el contacto directo o indirecto con agua o suelo contaminado con orina de animales infectados. Las bacterias pueden entrar al cuerpo a través de pequeñas heridas en la piel, mucosas, ojos o incluso por contacto con agua sucia.
Las situaciones de mayor riesgo incluyen:
- Inundaciones o acumulación de aguas estancadas.
- Manipulación de basura o ambientes infestados de roedores.
- Trabajos agrícolas o con animales.
- Nadar o caminar en ríos, charcos o lagunas contaminadas.
La leptospirosis no suele transmitirse entre personas, pero sí puede contagiarse fácilmente desde el entorno.
Síntomas que debes conocer
Los síntomas pueden aparecer entre 2 y 30 días después del contagio, lo que a veces dificulta el diagnóstico. Algunos son similares a los de la gripe, pero la enfermedad puede evolucionar rápidamente.
Los signos más comunes incluyen:
- Fiebre alta repentina
- Dolor de cabeza intenso
- Dolor muscular, especialmente en pantorrillas
- Escalofríos
- Náuseas y vómitos
- Ojos rojos
- Fatiga extrema
En casos más severos puede causar daño renal, insuficiencia hepática, meningitis o problemas respiratorios. Esta fase grave es conocida como “enfermedad de Weil” y requiere atención médica inmediata.
Quiénes corren mayor riesgo
Aunque cualquier persona puede infectarse, el riesgo es mayor para:
- Trabajadores agrícolas o veterinarios
- Personas expuestas a roedores
- Comunidades afectadas por inundaciones
- Personas que viven cerca de desagües, basureros o aguas estancadas
- Dueños de mascotas enfermas
Cómo prevenirla
La prevención es clave, especialmente en zonas con presencia de roedores o lluvias intensas.
Las recomendaciones incluyen:
- Evitar caminar descalzo en agua o barro.
- Proteger heridas con vendajes impermeables.
- Lavar bien manos y ropa tras contacto con agua sucia.
- Controlar plagas y mantener los espacios limpios.
- Almacenar alimentos bien cerrados para evitar roedores.
- Usar botas y guantes en trabajos agrícolas o de limpieza.
En algunos casos, médicos pueden recomendar antibióticos preventivos para personas expuestas en zonas de alto riesgo.
Tratamiento
La leptospirosis se trata con antibióticos como penicilina o doxiciclina. El tratamiento temprano suele ser muy efectivo, por lo que es fundamental acudir al médico ante síntomas sospechosos, especialmente si hubo contacto reciente con agua potencialmente contaminada.












