El Gobierno de Estados Unidos ha fijado como nuevo destino de deportación para Kilmar Ábrego García, un salvadoreño convertido en símbolo de la lucha por el debido proceso de los inmigrantes, al pequeño país africano de Esuatini.
Según reportaron medios nacionales, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) notificó a los abogados de Ábrego que, tras expresar temor de ser expulsado a distintos países, se le asignó Esuatini como lugar de envío. “Su nuevo país de expulsión es Esuatini, en África”, señaló un comunicado del DHS citado por la prensa.
Ábrego, quien residía en Maryland junto a su esposa e hijos, fue arrestado a inicios de año y deportado de manera errónea a El Salvador, pese a contar con un beneficio migratorio que impedía su expulsión. Allí pasó meses en la cárcel de máxima seguridad CECOT hasta que una batalla legal logró su retorno a EE.UU., donde fue detenido nuevamente.
El caso ha tenido giros constantes. A finales de agosto, las autoridades habían planteado enviarlo a Uganda, pero sus abogados solicitaron reabrir el expediente de asilo rechazado en 2019. Su defensa insiste en que la vida de Ábrego corre peligro si es deportado a El Salvador o a terceros países.
La Casa Blanca, sin embargo, lo describe como un individuo “peligroso” con supuestos vínculos a pandillas, argumento con el que busca justificar su deportación. El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) lo detuvo otra vez esta semana en Baltimore, mientras continúa el proceso legal.
El futuro de Ábrego García queda ahora en manos de los tribunales de inmigración, que deberán decidir si reabren su caso de asilo o permiten que avance la deportación hacia Esuatini.
