El pollo schnitzel es la versión con ave del clásico plato austriaco-alemán conocido como Wiener Schnitzel. Su magia está en la textura: un exterior dorado y crujiente con un interior jugoso y tierno. Es una receta simple pero elegante que se puede acompañar con puré de papas, ensalada o papas fritas.
Ingredientes (4 porciones)
- 4 pechugas de pollo sin piel ni hueso
- ½ taza de harina de trigo
- 2 huevos batidos
- 1 taza de pan rallado (tipo panko o tradicional)
- Sal y pimienta al gusto
- ½ cucharadita de ajo en polvo (opcional)
- ½ cucharadita de paprika o pimentón dulce
- Aceite vegetal o manteca para freír
- Rodajas de limón para servir
Preparación
- Prepara el pollo: coloca cada pechuga entre dos plásticos y aplánala con un mazo o rodillo hasta que tenga un grosor uniforme de 1 cm.
- Sazona con sal, pimienta, ajo en polvo y paprika.
- Empaniza: pasa cada pieza por harina, luego por huevo batido y finalmente por pan rallado. Presiona bien para que se adhiera.
- Fríe: calienta suficiente aceite en una sartén grande a fuego medio-alto. Cocina cada schnitzel 3–4 minutos por lado, hasta que esté dorado y crujiente.
- Escurre sobre papel absorbente.
- Sirve caliente con rodajas de limón y tu guarnición favorita.
Consejos
- Si prefieres hornearlo, colócalo en una bandeja ligeramente aceitada y hornea a 200 °C (400 °F) durante 20–25 minutos, girando a la mitad del tiempo.
- Para un toque extra crujiente, mezcla pan rallado tradicional con panko.
- Acompaña con puré de papas, ensalada de pepino o repollo al estilo alemán.
El pollo schnitzel demuestra que lo sencillo también puede ser espectacular: textura perfecta, sabor casero y una presentación que siempre impresiona.