La Corte Suprema de Estados Unidos autorizó este jueves el uso de los mapas electorales de Texas, una redistribución impulsada por los republicanos y diseñada para reforzar su posición de cara a las elecciones intermedias de 2026.
La decisión revierte un fallo de un tribunal inferior que había bloqueado los mapas por considerarlos una “manipulación racial”. Con la nueva orden, los mapas electorales de Texas podrán aplicarse de inmediato, y los candidatos deberán presentar sus aspiraciones a cargos públicos antes del 8 de diciembre.
El fallo se suma a una serie de victorias legales recientes para la Administración del presidente Donald Trump en expedientes de emergencia, decisiones que se resuelven sin argumentos orales y que, aunque provisionales, tienen amplias repercusiones.
Texas no es el único estado que enfrenta controversias por la redistribución de distritos. Carolina del Norte, Missouri, Florida y Ohio también han aprobado mapas electorales cuestionados por favorecer al Partido Republicano, alimentando un debate nacional sobre equidad y representación de cara a las elecciones de 2026.
Para analistas y grupos civiles, el uso de los nuevos mapas electorales de Texas marcará un precedente clave en un ciclo electoral donde la lucha por el control legislativo será reñida y decisiva.










